He aprendido que por mucho que me preocupe por los demás, muchos de ellos no se preocuparán por mí.
He aprendido que puede requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para destruirla.
He aprendido que lo que verdaderamente cuenta en la vida, no son las cosas que tengo alrededor, sino las personas que tengo alrededor.
He aprendido que no debo de compararme con lo mejor que hacen los demás, sino con lo mejor que puedo hacer yo.
He aprendido que lo más importante no es lo que me sucede, sino lo que hago al respecto.
He aprendido que hay cosas que puedo hacer en un instante, que ocasionan dolor durante toda la vida.
He aprendido que es importante practicar para convertirme en la persona que yo quiero ser.
He aprendido que es muchísimo más fácil reaccionar que pensar… y mas satisfactorio pensar que reaccionar.
He aprendido que soy responsable de lo que hago, cualquiera que sea el sentimiento que tenga.
He aprendido que el dinero es un pésimo indicador de valor de algo o alguien.
He aprendido que muchos momentos tengo el derecho de estar enojado, mas no el derecho de ser cruel.
He aprendido que mientras mis antecedentes y circunstancias puedan haber influenciado en lo que soy, soy responsable de lo que llego a ser.
He aprendido que dos personas pueden mirar la misma cosa y ver algo totalmente diferente.
He aprendido que muchas cosas pueden ser generadas por la mente; el truco es el autodominio.
He aprendido que tanto escribir como hablar puede aliviar los dolores emocionales.
He aprendido que los títulos sobre la pared, no nos convierten en seres humanos decentes.
He aprendido que sin importar las consecuencias, cuando soy honesto conmigo mismo, llego mucho más lejos en la vida.
Revista Ser