miércoles, 20 de abril de 2011

El Poder de la Mente está en el Corazón





Convertir el plomo en oro. En esto centraban su atención los alquimistas de la antigüedad, quienes escondían sus enseñanzas en diversos símbolos para que no todos pudiesen tener acceso a tan fascinante conocimiento. Usar la mente para crear lo que uno desea era un arma de dos filos: si no había cierta sabiduría en el empleo de las potencias de la mente, se podía causar lo mismo que causaría un niño de cinco años con una varita mágica en la mano.
¿Qué haría un pequeño enojado con su mamá, con una varita mágica en la mano? ¿En que la convertiría? ¿En rana? ¿en una pelota para manejarla a su antojo?
Quizá el ejemplo parezca cómico, pero es tan sólo para mostrar lo que haría el poder sin una madurez especial.
El conocimiento debe de ir acompañada de la sabiduría. Y la sabiduría se ganaba a través de experiencias, de una consciencia despierta. Un hombre que no tiene dominio de su naturaleza, no puede tener dominio sobre su realidad. Por eso, los iniciados de la antigüedad y los que se inician en este sendero , antes de ambicionar las delicias de esta herramienta creativa extraordinaria, habrían que enfocar su atención en la comprensión de su propia naturaleza, de sus emociones, de su dolor y su depresión.
Si uno solamente desea el poder sin tener consciencia y una madurez emocional especial, el poder entonces solo se usara (aunque no se sea consciente de esto) para crear más dolor y más limitación.
La mente está creando a cada momento, siempre lo ha hecho, pero lo hace a partir de lo que tiene programada, de lo que se ha aprendido y admitido como verdad. Así que esta “varita mágica” recibe instrucciones limitadas, “pequeñas”, como las de un niño pequeño y poco consciente de las decisiones que toma.
Para empezar a cambiar estas programaciones, se requiere una comprensión de todas aquellas experiencias que nos han provocado aflicción, inseguridad, temor y duda. Y se requiere, además, comprender que no estamos separados de la divinidad, que cada persona forma parte de un Todo, de algo muy divino, y que cuando juzgo a un tercero o a mi mismo, estoy juzgando lo divino.
¿Cómo podría lo divino estar “mal”? Los juicios los ha creado el hombre, la naturaleza divina sólo permite, permite, nunca juzga, ella da el espacio y la oportunidad de vivir para que se experimente la vida en un sin fin de formas, da la oportunidad a cada cual de que elija libremente en que desea convertir su vida, y también da la oportunidad de que uno se vuelva más grandioso a partir de lo que vive, es decir, de evolucionar.
Para que los poderes de nuestra mente despierten, hay que afinar nuestra comprensión, empezar a pulir eso divino que habita en nuestro corazón, el Espíritu no simplemente “aparece” de pronto, hay que desarrollarlo, y así como le damos al cuerpo alimento y lo cuidamos, aseamos y lo ejercitamos, así le debemos dedicar tiempo y entrega al Espíritu o Fuerza Creadora dentro de nosotros, lo cual implica conocer un poco cada día que significa ser divino, qué significa traer a Dios en el cuerpo, que significa que seamos semejantes a una fuerza que crea soles, estrellas y mares interminables.
Una forma de empezar a despertar los potenciales inactivos de nuestras mentes, es empezar a conocer cómo funciona esta poderosa herramienta, y saber con qué tipo de material esta trabajando. Bien se sabe que la mente es equivalente a todos los pensamientos que circulan por nuestras cabezas cada día. Así que un buen ejercicio para comenzar es empezar a poner atención a los pensamientos que circulan por nuestras cabezas durante el día.
¿Te gustaría que te sucediera lo que estas pensando en este momento? ¿Qué opinas de tu vecino, de tu “enemigo”? ¿Qué le deseas a las personas que te causaron dolor? ¿Quieres vengarte de alguien? ¿Y como lo harías?
Y todo eso que piensas…. ¿Quién crees que lo va a padecer? ¿Ellos? Por supuesto que no. Tu eres quien padecerá lo que piensas. Ellos puede que estén lejos, divirtiéndose y ni se acuerden de ti. A quien le corresponde lo que sientes es a ti, porque en ti encarnara el sentimiento.
Podrás desquitarte, desearle lo peor a alguien, quizá planear como hacerle la vida imposible. Podrías hasta enviar que lo aniquilen de este planeta, si, se lo merece, te ha hecho mucho daño. Pero …. ¿y luego? ¿Qué pasara después de que le hayas hecho lo peor? Pasará que te darás cuenta que todo eso no acabara con tu desdicha ni tu dolor, tan solo traerá más soledad e incomprensión.
Así que ya tienes una tarea: observar tus pensamientos cada día, y empezar a comprender al gran maestro llamado dolor, el cual ha detenido tu vida y a eclipsado la alegría de tu corazón, no porque el sea “malo”, no, sino porque te has negado a ver, a escudriñar, lo que puedes aprender de él.
Fuente: Salud Natural Biomanantial

lunes, 11 de abril de 2011

Desiderata

Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda qué paz puede haber en el silencio.

En cuanto es posible, y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas.

Dí tu verdad tranquila y claramente; y escucha a los demás, incluso al aburrido o al ignorante; ellos también tienen su historia.

Evita las personas ruidosas y agresivas, ellas son molestas al espíritu. Si te comparas con otros, puedes volverte vanidoso y amargado; porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros, así como de tus planes. Mantén el interés en tu propia carrera, aunque sea humilde; ella es un verdadero tesoro en los cambiantes azares del tiempo.

Ten precaución en tus negocios; porque el mundo está lleno de trampas. Pero no por eso te ciegues a la virtud que pueda existir; hay mucha gente que lucha por altos ideales; y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

Sé tú mismo. Especialmente no finjas afectos. Tampoco seas cínico respecto del amor; Porque frente a toda aridez y desencanto el amor es perenne como la hierba.

Recoge mansamente el consejo de los años, renunciando graciosamente a las cosas de la juventud.

Nutre tu fuerza espiritual para que te proteja ante la desgracia repentina. Pero no te angusties con fantasías, no te preocupes... Muchos temores nacen con la fatiga y la soledad.

Junto con una sana disciplina, sé amable contigo mismo. Tú eres una criatura del Universo, no menos que los árboles y las estrellas; tú tienes derecho a estar aquí. Y te resulte evidente o no, sin duda el Universo marcha como debe. Por lo tanto, mantente en paz con Dios, de cualquier modo que lo concibas y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones.

Mantén en la ruidosa confusión, paz con tu alma. Con todos sus engaños, trabajos y sueños rotos, este sigue siendo un mundo hermoso.

Ten cuidado.

¡Esfuérzate en ser feliz!

Fue encontrada en la vieja iglesia de Saint Paul, Baltimore en 1693. Mantiene absoluta vigencia, a más de 400 años de escrita.

martes, 5 de abril de 2011

Casualidad o Causalidad?


"La persona que llega es la persona correcta"

Es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.


"Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido"

Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.


"En cualquier momento que comience es el momento correcto"

Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.


"Cuando algo termina, termina"

Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

lunes, 4 de abril de 2011

El perdón es una idea del intelecto.

En términos de conciencia, hablaría de soltar el resentimiento, pues nutrirlo constantemente recordando y re-sintiendo lo sucedido en el pasado, es lo que nos mantiene en una prisión interna que emocionalmente nos envenena y a menudo físicamente nos enferma. Sucede que si yo no suelto algo externo no puedo abrazar ni amar ese lugar, y entonces lo transformo en algo separado de mí, y me sitúo en un lugar donde soy yo quien me siento separada, y entonces, ¿a quién lastimo? en realidad, solo me estoy lastimando a mí misma.

En realidad lo externo no está separado de nada, es una parte de uno mismo a la que uno no está pudiendo amar, porque uno se siente víctima de ello, y eso produce sufrimiento. También puede suceder que le hiciste algo a alguien y no te perdonas, y entonces sigues sufriendo y castigándote por dentro. En ninguno de los dos casos estás tomando responsabilidad por lo elegido en el pasado, y tampoco estás tomando responsabilidad por elegir lo mejor para vos en este momento. Seguir dándole poder y energía a ese pasado que te tortura por dentro, a ese sufrimiento que se recrea una y otra vez, y que estás eligiendo que siga vivo AHORA.

Entonces, AHORA puedes transformar ese pasado en una lección para ser más, para ir más allá, y puedes comenzar por no seguir usando esa situación para castigarte y sentirte mal: “Soy tan malo”, “no me merezco”, “no me siento bien conmigo”, porque con esa energía estás tomando, con esa energía no puedes dar. Y el amor no es así, el amor crece, el amor da, el amor evoluciona, el amor cambia, eso es el amor. Lo que queda estático no es el amor, sólo el miedo es el que permanece congelado en el tiempo. Y es interesante porque dentro de las religiones hemos creado estas ideas de que el sufrir la culpa, la tortura interna, nos acerca a Dios, y es lo opuesto. Dios es amor, Dios es dicha, Dios es paz, Dios es grandeza, Dios no está sufriendo, eso no es Dios, ese es un concepto humano de Dios. Si uno está siendo el amor, se vuelve abundante, para poder dar y amar y alabar abundantemente, para dar gratitud en abundancia, de ese modo puede causar unidad en forma abundante, y eso es Dios, eso es amor. Y tienes que ver esa percepción del sufrimiento como algo santo o sagrado. El sufrimiento va de la mano con el miedo y del otro lado del miedo está el amor, está la libertad absoluta. ¿Quieres experimentar esa libertad interna que se refleja en lo externo? Entonces, aliviana cada vez más ese bagaje que carga con eventos pasados que resentimos, déjalos ir y en cambio, llena ese lugar de amor y apreciación, ¿sí? ¡Prueba!

Por Isha