domingo, 9 de diciembre de 2012

Maldecir sin ton ni son


Un hechicero conduce a su aprendiz por la selva. Pese a ser más viejo, camina con agilidad, mientras que su aprendiz resbala y se cae a cada instante. El aprendiz blasfema, se levanta, escupe al suelo traicionero y sigue acompañando a su maestro. 
Tras una larga caminata, llegan a un lugar sagrado. Sin detenerse, el hechicero da media vuelta y comienza su viaje de regreso.
-No me has enseñado nada hoy -dice el aprendiz, que se cae de nuevo. 
-Sí que te he enseñado, pero parece que no aprendes -le responde el hechicero. 
-Estoy intentando enseñarte cómo se lidia con los errores de la vida.- 
-¿Y cómo se lidia con ellos?- -Como deberías hacerlo con tus caídas  En lugar de maldecir el sitio donde te caíste, debías buscar qué te provocó la caída.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Los 10 Mandamientos del Silencio


Hagamos una prueba: si nos quedamos unos minutos en silencio, cerramos los ojos e intentamos ser conscientes de los pensamientos que aparecen en nuestra mente, nos daremos cuenta de lo que pasa en nuestra cabeza durante todo el día. Es como tener dentro un radio o un televisor encendido emitiendo prácticamente el mismo programa cada día, porque tenemos casi el mismo patrón de pensamientos un día tras otro. Sin embargo cuando dejamos de darle vueltas a los pensamientos y analizarlos buscando resolverlos y probamos en su lugar simplemente a observarlos…ellos mismos se van y nos llevan a grandes momentos de entendimiento. Por ello, para cultivar este ambiente interno de conocimento y crecimiento personal, aquí te dejo algunas razones o explicaciones de por qué nos hace falta caminar por esta senda del silencio. Porque de nada sirve llenarnos la boca al hablar de grandes valores personales (p.ej. el silencio) si uno mismo no encuentra el motivo y el impulso personal, interno y sincero para ponerlo por obra. 
1. Habla siempre… Siempre y cuando sea necesario. Y siempre piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca. Sé breve y preciso ya que cada vez que dejes salir una palabra dejas salir al mismo tiempo una parte de tu Chi (energía). De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía. Por eso nunca hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyectan imágenes negativas, porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de Chi (energía). 
2. Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada. Aprende a ser como un espejo: escucha y refleja la energía. El Universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la Naturaleza nos ha dado, porque el Universo acepta sin intereses nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones, y nos envía de vuelta el reflejo de nuestra energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida. 
3. Quédate en silencio, cultiva tu propio ser interno. Tu silencio interior te permite ser impasible. Haz regularmente un ayuno de la palabra para reeducar a tu ego, que tiene la costumbre de hablar todo el tiempo. Practica el arte de no hablar. Elige un día a la semana para abstenerte de hablar, o al menos unas horas al día, según lo permita tu organización personal. Es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo ilimitado del Tao, en lugar de tratar de explicarlo con palabras. Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará a tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio. Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si el ego se impone y abusa de este poder, el mismo poder se convertirá en un veneno y todo tu ser se envenenará rápidamente, perdiendo la paz.
4. Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de las opiniones de los otros y llevaras una vida tranquila, volviéndote invisible, misterioso, indefinible, insondable, como el Tao. 
5. Tómate un momento de silencio interno para considerar todo lo que representa y conlleva cada decisión importante que tomes. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría. 
6. Si hay algo que realmente no sabes o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego, porque le gusta saber de todo, tener siempre razón y siempre dar su opinión personal. En realidad el ego no sabe nada, simplemente hace creer que sabe. 
7. No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada, sin tomar conciencia en profundidad de la situación, te vas a crear complicaciones. La gente no tiene confianza en aquellos que dicen “sí” muy fácilmente, porque saben que ese “sí” no es sólido y le falta valor. 
8. Si te identificas con el éxito, tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracaso. Teniendo esto en cuenta, podrás observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra mentalidad interior. Pero tampoco te des mucha importancia y sé humilde, pues cuanto te muestres superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensiones e ilusiones. 
9. Evita el hecho de juzgar y criticar, el Tao es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgas a alguien lo único que haces es expresar tu opinión muy personal y es una pérdida de energía, es puro ruido. Juzgar es una manera de esconder las debilidades. El sabio tolera todo y no dirá ni una sola palabra. Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que no has resuelto en ti mismo. Sé más bien como el Universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios, porque siendo como un espejo sin emociones, aprendemos a hablar de otra manera, con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permitiendo una comunicación sincera y fluida. 
10. Deja que cada quien resuelva sus problemas y concentra tu energía en tu propia vida. Ocúpate de ti mismo en lugar de estar siempre defendiéndote. Cuando tratas de defenderte en realidad estás dándole demasiada importancia las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás demostrando que las palabras de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del Tao. Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. 

Fuente:   IVÁN /Terapeuta de Reiki

miércoles, 3 de octubre de 2012

La Resiliencia


¿Qué es la resiliencia?



La resiliencia es la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo. Ser resiliente no significa no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades. La muerte de un ser querido, una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas financiero serios, etc., son sucesos que tienen un gran impacto en las personas, produciendo una sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. Aún así, las personas logran, por lo general, sobreponerse a esos sucesos y adaptarse bien a lo largo del tiempo.
 El camino que lleva a la resiliencia no es un camino fácil, sino que implica un considerable estrés y malestar emocional, a pesar del cual las personas sacan la fuerza que les permite seguir con sus vidas frente la adversidad o la tragedia. Pero, ¿cómo lo hacen? La resiliencia no es algo que una persona tenga o no tenga, sino que implica una serie de conductas y formas de pensar que cualquier persona puede aprender y desarrollar.
Características de las personas resilientes 
Las personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es; tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido; y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar. 
Además, presentan las siguientes habilidades: 
Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro. Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis. Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión. Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien, tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías. Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades. Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los demás y conectar con ellas. Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en sus vidas. El modo de pensar de las personas resilientes Las percepciones y los pensamientos influyen en el modo como la gente afronta el estrés y la adversidad. El estilo de pensamiento de las personas resilientes se caracteriza por ser realista, exacto y flexible. Cometen menos errores de pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones precipitadamente, sin evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad de un modo más exacto que las personas menos resilientes. 
Los beneficios de la resiliencia 
Las personas más resilientes: 
Tienen una mejor autoimagen.
Se critican menos a sí mismas. 
Son más optimistas Afrontan los retos.
Son más sanas físicamente.
Tienen más éxito en el trabajo o estudios. 
Están más satisfechas con sus relaciones. 
Están menos predispuestas a la depresión. 
Qué contribuye a que una persona sea más resiliente: 
El apoyo emocional es uno de los factores principales. 
Tener en tu vida personas que te quieren y te apoyan y en quien puedes confiar te hace mucho más resiliente que si estás solo. Permitirte sentir emociones intensas sin temerlas ni huir de ellas, y al mismo tiempo ser capaz de reconocer cuándo necesitas evitar sentir alguna emoción y centrar tu mente en alguna distracción. No huir de los problemas sino afrontarlos y buscar soluciones. Implica ver los problemas como retos que puedes superar y no como terribles amenazas. Tomarte tiempo para descansar y recuperar fuerzas, sabiendo lo que puedes exigirte y cuándo debes parar. Confiar tanto en ti mismo como en los demás. 



Fuente: Ana Muñoz


lunes, 27 de agosto de 2012

Aprendi




Una reflexión un tanto cruda pero realista, cuantas veces no hemos querido ver lo que simplemente es visible !!! para nuestros ojos pero no para nuestro corazón ????  

domingo, 15 de julio de 2012

Cambiar la energía del hábito





Generalmente se vive ausente de nuestras emociones, incluso no se sabe como manejar los pensamientos. La actividad del día día en el que se acostumbra a vivir , no deja detenerse, ver ni sentir . Por lo que el cuerpo enferma. Las emociones están unidas a nuestro cuerpo, mente y espiritu y si se viviera más consciente de nuestros sentimientos, aflicciones, inseguridades o si nos detuvieramos un momento para analizar el porqué nos sentimos atormentados o porqué hacemos lo que hacemos, podriamos poco a poco traer la calma y la curación.

Tchi Nhat Hanh nos cuenta una historia zen que dice: El caballo galopa rápidamente y parece que el jinete se dirije a un destino importante. Una persona le dice en voz alta: ” Dónde vas? ” Y el Jinete , le dice: “no lo sé! Pregúntele al caballo! “

Esta es también nuestra historia de vida. Muchos de nosotros estamos montando un caballo, pero no sabemos hacia dónde vamos, y no podemos parar. El caballo es nuestra “energía del hábito”, la implacable fuerza de la costumbre que nos arrastra, que a menudo desconocen y se sienten impotentes para cambiar. Siempre estamos corriendo. Se ha convertido en un hábito, la norma de nuestra vida cotidiana. Corremos todo el tiempo, incluso durante el sueño el tiempo que se supone que debemos descansar y regenerar nuestros cuerpos. Nosotros somos nuestros peores enemigos, en conflicto con nosotros mismos, y por lo tanto, podemos fácilmente comenzar a conflictos con los demás.

Cuando una emoción fuerte surge dentro de nosotros como una tormenta, estamos en una gran agitación. Nosotros no tenemos paz. Muchos de nosotros tratamos de apaciguar la tormenta, mirando la televisión o comer alimentos que nos gustan. Pero la tormenta no se calma después de esto. La tormenta no desaparece después de una bolsa de papas fritas o un plato de helado. Muy posible después nos odiamos por comer las patatas fritas y el helado. Tenemos miedo de volver hacer esto al día siguiente. Nos comprometemos a no volver a hacerlo. Pero una y otra vez, lo que hacemos.

¿Por qué? Debido a que nuestra energía del hábito nos empuja. ¿Cómo podemos detener este estado de confusión? ¿Cómo podemos detener el miedo, la desesperación, la ira, y de nuestros deseos? Tenemos que aprender a ser sólida y estable como un roble, y no dejarse llevar por la tormenta emocional. Tenemos que aprender el arte de parar, detener nuestra marcha, para que podamos estar presentes para que nuestras energías y abrazar el hábito de la preocupación, la culpa, la culpa y el miedo, y calmar las emociones fuertes que nos dictan. Tenemos que aprender a vivir plenamente el momento presente. Tenemos que practicar la respiración y exhalar con todo nuestro conocimiento. Tenemos que aprender a ser consciente.

Cuando somos conscientes, tocando profundamente el momento presente, en el aquí y ahora, ganamos más comprensión, más aceptación, más perdón y el amor propio y el de los demás, nuestra aspiración para aliviar crece, y tenemos más posibilidades de tocar la alegría y la paz.

Necesitamos la energía de la atención plena, para reconocer y estar presentes con nuestra energía del hábito, para que podamos evitar que nos domine y detener su curso a menudo destructivos. La atención plena nos permite reconocer nuestra energía del hábito cada vez que aparece: “Hola, mi energía hábito. Sé que estás ahí.” Si conscientemente le regalamos una sonrisa a está energía habitual, perderá mucha de su fuerza. Y así los chips permaneceran en el armario, el helado en el congelador. La tormenta pasa, mientras observamos, respirando y exhalando al mismo tiempo.

Después llegamos a ser más tranquilo, podemos reconocer a nuestro problema de peso con mayor claridad y reconocer que en vez de negarlo. Esto podria no ser fácil en inicios para hacer. Usted puede sentirse enojado, frustrado o cansado por su peso. No hay que suprimir estos sentimientos de ira. En su lugar, como el Buda nos ha enseñado, aceptar y abrazar estas emociones, como una madre acunando a su bebé que llora. El bebé que llora necesita el cuidado amoroso de la madre. De manera similar, las emociones negativas y la agitación están llorando en voz alta, tratando de llamar su atención. Sus emociones negativas también necesitamos su amor y cariño. Al aceptar los sentimientos negativos que cada vez que surgen, usted puede evitar que sea arrastrado por la tormenta emocional, y puede calmarse. Cuando esté más tranquilo, usted es más capaz de ver que ya tienes en tu interior el poder y las herramientas para empezar a cambiar. Detener, calmarse y el descanso son condiciones previas para la curación. Si no podemos parar, vamos a seguir en el curso de la destrucción causada por el consumo irreflexivo.

Fuente: Sarvavita


sábado, 12 de mayo de 2012

FELIZ DIA DE LA MADRE

Un saludo muy especial a todas las mamis que con tanto amor y dedicacion  entregan lo mejor de si mismas a sus hijos y a sus familias,  tarea tan caoticamente bella,  donde la intuicion nos da las herramientas para educar a nuestros hijos,  guiarlos y conducirlos por el mejor camino,  Que Dios las bendiga a todas !!!!!
Rocio

lunes, 7 de mayo de 2012

YO MERESCO




Siempre se le da énfasis al dar, pero también es importante saber recibir. Sin esta capacidad, el círculo del Amor quedaría incompleto, pues dar y recibir son las dos caras de una misma moneda.
Si alguien nos hace un favor o nos da un regalo valioso, podemos caer en el miedo a sentirnos en deuda. Entonces en lugar de recibir de corazón abierto, acabamos sintiéndonos incómodos y preocupados por poder retribuirle. Pero en muchas ocasiones lo único que se nos pide es recibir, y al hacerlo ya estamos dando: le estamos dando al otro la oportunidad de hacer algo por nosotros.
Pedir es otro aspecto de la capacidad de recibir. Decir de un modo directo y claro lo que queremos o necesitamos es estar dispuesto a recibir del otro, de la vida o del universo. Pero en lugar de pedir sin dudas y temores, en muchas ocasiones nos quejamos de la falta de ayuda y apoyo. Sin embargo, los demás no pueden ni deben adivinar lo que necesitamos; es nuestra responsabilidad comunicarlo.
Detrás de la incapacidad de recibir puede estar escondida la falta de merecimiento: en lo más hondo sentimos que no merecemos ser tenidos en cuenta, no merecemos ocupar el lugar que nos corresponde, y que es sólo dando que recibiremos atención y afecto. Para sentirse merecedor es importante amarse a uno mismo, incondicionalmente. Y es esencial comprender que no merecemos recibir por lo que damos o hacemos.
En realidad todos nos merecemos lo mejor de la vida por lo que somos: seres de pura luz, Amor y bondad, aún cuando nos cueste reconocerlo.
Para sanar este patrón puedes mirarte a los ojos en el espejo y con Amor y convicción afirmar en voz alta: “Yo merezco”. Verás qué íntegro te sientes. Pero si no te lo crees, o te sientes triste y te dan ganas de llorar, hazlo. Expresa esa emoción, y mientras lo hagas quizás te vengan recuerdos de aquellas situaciones en las cuales te inculcaron que no mereces. Pueden ser episodios de Tu infancia, o más recientes… Es igual, al liberar la emoción y la creencia, te estás sanando a ti mismo.
Otra práctica importante es que te atrevas a pedir. Comienza con las personas con las cuales sientes confianza. Pídeles ayuda en tus tareas diarias, pide consejo a algún amigo, pide lo que sea que necesites, y hazlo sin miedo ni culpa.
Te sorprenderás al ver cuánta gente está dispuesta a darte, si lo permites. Tú eres valioso e importante, tú ocupas un lugar irremplazable en el universo. De no ser así, no estarías aquí, en este mundo, y no estarías leyendo este texto...
Fuente:   Enriqueta Olivari

miércoles, 25 de abril de 2012

LA EXPERIENCIA DE ESTAR DESPIERTOS


Cuando hemos finalizado la primera etapa de nuestro proceso del despertar, entramos a una nueva fase, en donde ya no es necesario llevar un espíritu guerrero con nosotros y comenzamos a experimentar la paz y la tranquilidad que los cambios que hemos realizado, nos proveen, comenzamos a cosechar las semillas nuevas que hemos sembrado y pasamos de la ira la tranquilidad. Ya no es un momento de batalla, es un momento simplemente de SER.
Si en la primera fase experimentamos nuestra fuerza a través de los límites físicos, ahora lo hacemos a través de los límites psíquicos. Si en la primera etapa nuestra fuerza interior se basaba en nuestra capacidad de establecer límites y romper esquemas por la fuerza, ahora experimentaremos nuestra fortaleza interior a través de la paz. Si anteriormente liderábamos señalando y enjuiciando lo que no funcionaba, ahora lo haremos a través del ejemplo.
En esta segunda etapa nos esforzaremos más por sostener el equilibrio y la armonía en nuestra vida, por lo que rehuiremos los conflictos, evitando la confrontación, armonizando naturalmente con la energía que nos rodea.
Si en la primera etapa buscábamos “cambiar al mundo” ahora buscaremos “cambiar nosotros primero para que como consecuencia, cambie el mundo”.
Los niveles de sensibilidad son más profundos en esta etapa y si bien, en esta etapa ya no se juzga tan duramente a los demás, aunque si se puede caer en el no poder comprender “la falta de humanidad del hombre hacia el hombre y el planeta mismo”.
En esta etapa es prácticamente imposible sostener ningún tipo de violencia, sea real o ficticia (películas, noticias, t.v., etc.).
Al expandirse más los niveles de percepción, tendremos problemas al estar en sitios donde prevalezca el exceso, por lo tanto, evitaremos lugares donde haya mucho ruido, mucha gente, mucha luz, colores, emociones negativas en otros, olores, comidas, productos químicos, la ropa de fibra sintéticas, violencia, el dolor de otros, la conciencia de grupo, las frecuencias electromagnéticas, los destellos solares. Se perciben con creces todas las energías que los rodean. La sensibilidad hace que todo se “magnifique” haciendo esto abrumador para quien lo experimenta de esta forma. Por lo tanto, se tendrá la tendencia a evitar centros comerciales o lugares con demasiadas energías diferentes. Si el entorno es extremadamente intenso o violento,  tenderemos a retraernos y desconectarnos como forma de protección.
Al tener una mayor percepción de las vibraciones que nos rodean, entonces entramos en una mayor comunicación con el arte y la creatividad, no solo se disfruta cualquier expresión del arte, como la música, sino que cada nota se experimenta en todo nuestro ser.
Al entrar en mayor conexión con la compasión, el amor y la empatía, se va desarrollando mayores niveles de inocencia y pureza, falta de malicia, lo que muchas veces impide aceptar que muchas personas pudieran tener intenciones negativas o de dañar, lo que nos deja con cierta desprotección, sobre todo, en el tema de lo afectivo.
Se puede tener la tendencia a ocultar sus emociones por miedo a su amplificación y a la pérdida de control, por lo que se pudiera dar la impresión de ser impasibles o insensibles para las personas que les rodean.
Es posible también ocultar sus sentimientos por temor a ser lastimados, no comprendidos o rechazados.
Si bien, en este nivel es posible experimentar el amor y la alegría a grandes dimensiones, también experimentamos el dolor magnificado, por lo que, a modo de protección, cerramos nuestros sentimientos a los demás.
Una vez trascendido el miedo, se pueden lograr relaciones largas y profundas con las personas que ofrecen amor incondicional.
Dentro de este proceso comenzamos a equilibrar las energías ying y yang, nuestras polaridades masculinas y femeninas logrando mayor conexión con nosotros mismos al construir nuestros deseos.
No se concibe el mundo material separado del espiritual.
Se amplifican la conexión con los niños y los animales.
El cuerpo físico y la mirada se van transformando, logrando irradiar cada vez mas paz, amor y tranquilidad.
Viven sus dones como algo natural y no como algo fenomenológico por lo que se puede perder el valor de sus cualidades pues los dones están tan integrados ya, que se manejan como algo natural, pensando que “todo mundo manifiesta el mismo don”. Muchos Maestros pierden la noción de lo importante que es transmitir su conocimiento y sabiduría por pensar que no se tiene nada importante que aportar, pues ya no se percibe su sabiduría como algo único, sino como algo “normal que está integrado en todos”.

Fuente : Rutas del Alma

domingo, 8 de abril de 2012

GRACIAS PADRE!!!!!!


Dar gracias a Dios todos los días por las infinitas bendiciones que nos ofrece nos abre el camino para que nos lleguen más bendiciones.

Cuando nos sentimos agradecidos por nuestras experiencias pasadas y presentes, transcendemos los juicios de lo que consideramos que está bien o mal.

Pasamos de ser víctimas a ser conscientes de nuestro poder de elección.

Podemos elegir agradecer las oportunidades que nos ofrece la vida de aprender y avanzar o podemos simplemente quejarnos de lo que nos ha tocado vivir.

Cuando agradecemos lo que nos sucede, le estamos diciendo:

SI a la vida, SI, estoy dispuesto a aprender las lecciones que necesito aprender, ya sean de relaciones, laborales, de salud, económicas o profesionales.

Sin embargo, agradecer lo que aparentemente puede parecer un desastre es bastante más difícil que sentir agradecimiento cuando todo nos va sobre ruedas.

Agradecer no implica negar el dolor, pero cuando transcendemos el dolor, la rabia, etc..., agradeciendo en medio de la situación que nos ha tocado vivir, nos abrimos a las infinitas posibilidades que nos brinda la vida de avanzar hacia más felicidad y más plenitud.

Muchas personas han declarado que después de sufrir desengaños, pérdidas, enfermedades, incluso vivencias tremendamente traumáticas, se han sentido agradecidos por las experiencias que les han aportado.

La pérdida de un ser querido les ofreció la oportunidad de valorar a los personas que aún estaban a su lado, de agradecer los momentos vividos junto a la persona que falleció y a ser más amorosos y tolerantes con los demás.

Las dificultades económicas les ofrecieron la oportunidad de apreciar lo que ya tenían y a emplear sus recursos personales yacentes, para crear más prosperidad y abundancia en su vida.

La separación de su pareja, les brindó la posibilidad de ser independientes económicamente y a mejorar su autoestima, ofreciéndoles a su vez una nueva relación, más profunda y sincera. Una enfermedad les ayudó a sanar su relación con el pasado, a perdonar, liberándolos del enorme peso del resentimiento.

El traslado a otra ciudad, les ayudó a expandir sus horizontes, conocer a otras personas y a superar limitaciones que quizás no hubiesen logrado quedándose en su ciudad.

Un problema laboral, les empujó a salir a buscar otro puesto más satisfactorio a nivel creativo y económico.

Agradecer a Dios en medio de todo lo que estamos viviendo en el presente, aunque momentáneamente no veamos el por qué de una situación dolorosa, nos da el poder y la energía necesaria para realizar cambios positivos.

Nos ofrece la oportunidad de crecer y de avanzar en todos los aspectos de nuestra vida.

Si nos quedamos en el victimismo, quejándonos de nuestra mala suerte, perdemos la oportunidad de sacar todo nuestro potencial a la luz...nuestra creatividad, nuestros talentos, nuestros recursos internos, nuestro Ser. Cuando nos ocurre algo que no entendemos, podemos preguntarnos:

¿qué puedo/qué necesito aprender de esta situación?
¿Cómo puedo mejorar mi vida y la de los que me rodean?
¿Qué lecciones esconde este acontecimiento?

Siempre podemos elegir.

El momento de poder está siempre en el presente y es sólo transcendiendo lo aparentemente doloroso y difícil que podemos cambiar el futuro.

Es en el presente, que creamos nuestro futuro. Toma Tu presente y actúa:

Agradece a Dios la oportunidad que te ofrece de aprender

Agradece a Dios la oportunidad que te ofrece de vivir

Agradece a Dios la oportunidad que te ofrece de avanzar

Agradece a Dios la oportunidad que te ofrece de llorar

Agradece a Dios la oportunidad que te ofrece de Reir

Respiras... Vives....Te comunicas...

GRACIAS PADRE POR QUE SIEMPRE ME ESCUCHAS!!!!!!

lunes, 12 de marzo de 2012

Práctica de la Atención


…Practicar la atención es consciencia momento a momento. Se cultiva prestando atención a las cosas a las que ordinariamente les negamos un momento de reflexión. Es un enfoque sistemático para desarrollar nuevas formas de control y sabiduría en nuestra vida, basado sobre nuestras capacidades de relajación, atención, consciencia e intuición.
Jon Kabat-Zinn


Si el ser humano desea vivir plenamente en todos los ámbitos de su existencia, necesita una transformación que le permita mantener una alerta consciente en cada momento de su vida. Para nosotros, habitualmente, la vida es todo aquello que nos perdemos mientras estamos haciendo planes para el futuro. Pero, hacer es tan importante como ser.
Se puede recuperar un estado natural de felicidad, apreciando cada instante como primero, único y eventualmente, último. Esta muy antigua y sabia estrategia, es la práctica de la atención, que nos permite observarnos interiormente y reflexionar sobre los aspectos que no asumimos con atención y que nos conducen a un estado de estrés e insatisfacción.
El proceso de esta práctica tiene dos cualidades importantes:


La primera, es vivir en el momento presente y
La segunda se relaciona con estar abierto a las diversas perspectivas que se presenten.


Estas cualidades conducen a verificar que se requiere una predisposición especial basada en las siguientes características:


1.- No juzgar.- No juzgarse a sí mismo, así se aprende a no juzgar a los demás.
2.- Paciencia.- La completa apertura al momento requiere paciencia, aceptar que cada evento ocurra a su propio ritmo.
3.- Mente de principiante.- Experimentar cada momento y actividad como si fuera la primera vez. En la mente de principiante hay muchas posibilidades, en la del experto, sólo unas pocas.
4.- Confianza.- Aprender a confiar en uno mismo, cada experiencia es nueva porque, si realmente observamos, vemos que todo cambia en la Naturaleza a cada instante.
5.- No empecinarse en el esfuerzo.- No ofuscarse en el hacer y dar más importancia al ser.
6.- Aceptación.- Al no juzgar lo que observamos, pensamientos, sensaciones, sentimientos y experiencias, aprendemos a aceptarlos. Es importante para aprender a admitir el pasado.
7.- Soltar.- No aferrarse a experiencias o personas del pasado, saber perdonar para poder soltarlo.



viernes, 2 de marzo de 2012

El poder y sentimiento en nuestras palabras





Una palabra irresponsable:
puede encender discordias y fuegos difíciles de apagar…
Una palabra cruel:
puede arruinar y derribar todo lo que se había edificado en una vida…
Una palabra de resentimiento:
puede matar a un apersona como si le claváramos un cuchillo en el corazón…
Una palabra brutal:
puede herir y hasta destruir la autoestima y la dignidad de una persona…
Una palabra amable:
puede suavizar las cosas y modificar la actitud de otros…
Una palabra alegre:
puede cambiar totalmente la fragancia y los colores de nuestro día…
Una palabra oportuna:
puede aliviar la carga y traer luz a nuestra vida…
Una palabra de amor:
puede sanar el corazón herido…
Porque las palabras tienen vida.
Son capaces de bendecir o maldecir,

de edificar o derribar,
de animar o abatir,
de transmitir vida o muerte,
de perdonar o condenarse,
empujar al éxito o al fracaso,
de aceptar o rechazar…
¿Cómo le hablamos a los demás?
¿Qué les transmiten nuestras palabras?
¿Qué me digo a mí mismo?
¿Hacia dónde me conduce mi dialogo interno?

martes, 14 de febrero de 2012

domingo, 12 de febrero de 2012

SÓLO POR HOY


1.- ...Seré feliz. Expulsaré de mi espíritu todo pensamiento triste. Me sentiré más alegre que nunca. No me lamentaré de nada. Hoy agradeceré a Dios la alegría y la felicidad que me regala.
2.- ...Trataré de ajustarme a la vida. Aceptaré el mundo como es y procuraré encajar en él. Si sucede algo que me desagrade no me lamentaré ni me mortificare, agradeceré que haya sucedido porque se puso a prueba mi voluntad de ser feliz. Hoy seré dueño de mis nervios, de mis sentimientos, de mis impulsos. Para triunfar tengo que tener dominio de mi mismo.
3.- ...Trabajaré alegremente, con energía , animo y pasión. Haré de mi trabajo una diversión. Comprobaré que soy capaz de trabajar con alegría. Comprobaré mis pequeños triunfos. No pensaré en los fracasos.
4.- ...Seré agradable. No criticaré a nadie. Si comienzo a criticar a una persona cambiaré la crítica en elogios. Toda persona tiene sus defectos y sus virtudes. Concentraré mi atención en sus virtudes y olvidaré sus defectos. Hoy evitaré las discusiones y conversaciones desagradables.
5.- ...Voy a eliminar dos plagas: la prisa y la indecisión. Hoy viviré con calma y paciencia, porque la prisa es enemiga de una vida feliz, y triunfare. No permitiré que la prisa me acose ni que la impaciencia me abrume. Hoy tendré confianza en mi mismo. Le haré frente a todos los problemas con decisión y voluntad, y no dejaré ninguno para mañana.
6.- ...No tendré miedo, actuaré valientemente. El futuro me pertenece. Hoy tendré confianza en que Dios ayuda a los que luchan y trabajan.
7.- ...No envidiaré a los que tienen más dinero, más belleza o más salud que yo. Contaré mis bienes y nos mis males. Compararé mi vida con otros que sufren más.
8.- ...Trataré de resolver los problemas de hoy. El futuro se resuelve así mismo. El destino pertenece a los que luchan. Hoy tendré un programa que realizar; si algo me queda por hacer, no desesperaré, lo haré mañana.
9.- ...No pensaré en el pasado. No guardaré rencor a nadie. Practicaré la ley del perdón. Asumiré mis responsabilidades y no echaré la culpa a nadie por mis problemas. Hoy comprobaré que Dios me ama y me premia con amor.
10.- ...Haré una buena acción a alguien. ¿A quien? Buscaré a alguien para hacerlo, sin que lo descubran y, al llegar la noche, comprobare que Dios me ha premiado con un día lleno de felicidad. ...Y de mañana haré un día como hoy...

(Decálogo de: Francisco Antonio Zea Pérez)

lunes, 6 de febrero de 2012

miércoles, 25 de enero de 2012

En busca del maestro





Algunos discípulos pasan la vida preguntándome dónde está la verdad -dijo un maestro-. Así que un día decidí señalar en una dirección cualquiera, intentando demostrar que lo importante es recorrer un camino, y no quedarse pensando en él.
Pero en lugar de mirar en la dirección que le señalaba, el hombre que me había hecho la pregunta comenzó a examinarme el dedo, tratando de descubrir dónde estaba escondida la verdad.
Cuando la gente busca un maestro, debería estar buscando experiencias que puedan ayudarle a evitar ciertos obstáculos. Desgraciadamente, la realidad es otra: recurren a la ley del mínimo esfuerzo, intentando encontrar respuestas para todo. El que desea aprovecharse del esfuerzo del maestro para así no gastar sus energías nunca llegará a ninguna parte, y acabará por sentirse decepcionado.
Quien estudie un poco la historia de Buda, se dará cuenta de que, después de alcanzar la iluminación, se dedicó a hacer que sus discípulos desarrollasen las cualidades necesarias para llegar a la tan anhelada paz de espíritu.
Quien lea los evangelios, reparará en que casi todas las enseñanzas de Jesús tienen lugar en dos circunstancias: bien cuando viajaba, bien alrededor de una mesa.
Nada de templos. Nada de lugares escogidos. Nada de prácticas sofisticadas y difíciles: los apóstoles prestaban atención a lo que decía cuando andaba y cuando comía, cosas que hacemos todos los días de nuestras vidas. Precisamente porque las hacemos todos los días, no damos ningún valor a las enseñanzas que están escondidas en nuestros quehaceres diarios. Pensamos que las cosas sagradas son accesibles sólo para los gigantes de la fe y la voluntad, y pensamos que aquello que hacen las personas es demasiado pobre para ser aceptado con alegría por Dios.
En busca de nuestros sueños e ideales, muchas veces colocamos en lugares inaccesibles todo lo que está al alcance de la mano. Cuando descubrimos el error, en lugar de alegrarnos por haber comprendido nuestros fallos, nos dejamos llevar por la culpa de haber dado pasos errados, de haber malgastado nuestras fuerzas en una búsqueda inútil, de haber disgustado a quien deseaba nuestra felicidad. Y es entonces cuando corremos el peligro de acercarnos a los 'maestros' o 'gurús' que nos ayudarán a recuperar el tiempo perdido.
Pero no es así: aunque el tesoro esté enterrado en tu casa, sólo lo descubrirás cuando te hayas alejado.
Si Pedro no hubiese experimentado el dolor de la negación, no hubiera sido escogido jefe de la Iglesia.
Si el hijo pródigo no hubiese abandonado todo, jamás habría sido recibido con júbilo por su padre.
Si Buda no hubiese decidido vivir una vida de sacrificio durante muchos años, jamás hubiera entendido el placer de la alegría.
Algunas cosas en nuestras vidas tienen un sello que dice: «Sólo comprenderás mi valor cuando me pierdas y me recuperes». De nada sirve querer acortar este caminó.
Existe un viejo dictado mágico que dice: cuando el discípulo está listo, aparece el maestro.
Pensando en esto, muchas personas se pasan la vida entera preparándose para este encuentro. Cuando se cruzan con el maestro, se entregan por completo, días, meses o años. Pero terminan descubriendo que el maestro no es el ser perfecto que habían imaginado, sino una persona igual a las demás, cuya única función es compartir aquello que ha aprendido. Al verse frente a una persona normal, el discípulo se siente herido. Siente desesperación y el deseo de abandonar la búsqueda, cuando, en realidad, es así como debe ser, es esto lo que nos hace libres para labrarnos nuestro propio camino.
Paulo Coelho