domingo, 9 de diciembre de 2012

Maldecir sin ton ni son


Un hechicero conduce a su aprendiz por la selva. Pese a ser más viejo, camina con agilidad, mientras que su aprendiz resbala y se cae a cada instante. El aprendiz blasfema, se levanta, escupe al suelo traicionero y sigue acompañando a su maestro. 
Tras una larga caminata, llegan a un lugar sagrado. Sin detenerse, el hechicero da media vuelta y comienza su viaje de regreso.
-No me has enseñado nada hoy -dice el aprendiz, que se cae de nuevo. 
-Sí que te he enseñado, pero parece que no aprendes -le responde el hechicero. 
-Estoy intentando enseñarte cómo se lidia con los errores de la vida.- 
-¿Y cómo se lidia con ellos?- -Como deberías hacerlo con tus caídas  En lugar de maldecir el sitio donde te caíste, debías buscar qué te provocó la caída.

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