viernes, 30 de abril de 2010

HE APRENDIDO




He aprendido que por mucho que me preocupe por los demás, muchos de ellos no se preocuparán por mí.
He aprendido que puede requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para destruirla.
He aprendido que lo que verdaderamente cuenta en la vida, no son las cosas que tengo alrededor, sino las personas que tengo alrededor.
He aprendido que no debo de compararme con lo mejor que hacen los demás, sino con lo mejor que puedo hacer yo.
He aprendido que lo más importante no es lo que me sucede, sino lo que hago al respecto.
He aprendido que hay cosas que puedo hacer en un instante, que ocasionan dolor durante toda la vida.
He aprendido que es importante practicar para convertirme en la persona que yo quiero ser.
He aprendido que es muchísimo más fácil reaccionar que pensar… y mas satisfactorio pensar que reaccionar.
He aprendido que soy responsable de lo que hago, cualquiera que sea el sentimiento que tenga.
He aprendido que el dinero es un pésimo indicador de valor de algo o alguien.
He aprendido que muchos momentos tengo el derecho de estar enojado, mas no el derecho de ser cruel.
He aprendido que mientras mis antecedentes y circunstancias puedan haber influenciado en lo que soy, soy responsable de lo que llego a ser.
He aprendido que dos personas pueden mirar la misma cosa y ver algo totalmente diferente.
He aprendido que muchas cosas pueden ser generadas por la mente; el truco es el autodominio.
He aprendido que tanto escribir como hablar puede aliviar los dolores emocionales.
He aprendido que los títulos sobre la pared, no nos convierten en seres humanos decentes.
He aprendido que sin importar las consecuencias, cuando soy honesto conmigo mismo, llego mucho más lejos en la vida.
Revista Ser

jueves, 29 de abril de 2010

Sonido y Sanación.


En el principio fue el Verbo”, dice el Viejo Testamento, refiriéndose al sonido como fuerza creativa del Universo.
El sonido “AUM“, pronunciado generalmente como “OM“, se considera en la tradición hindú, el sonido impulsor de la formación del universo. Y la teoría del “BIG BANG”, la más aceptada actualmente acerca de la creación del universo en los ámbitos científicos, hace referencia a la gran explosión que originó la totalidad cósmica en permanente expansión.
Todo el universo está formado por átomos. Cada átomo está constituído por un núcleo (neutrones y protones) y un electrón o grupos de ellos que giran alrededor del núcleo, así como los Planetas lo hacen alrededor del Sol. El movimiento giratorio de los electrones da lugar a un pulso que crea una onda factible de ser percibida por nosotros como forma o materia.
Cuando los electrones de un cuerpo se mueven por causas mecánicas, se produce el Sonido. Esto implica que cada electrón de cada sustancia en la medida que posee movimiento, produce sonido, aunque no lo percibamos con nuestro oído. Igualmente, en la medida que cada elemento constitutivo del Universo posee movimiento, produce sonido y esto es lo que Pitágoras denominó “MUSICA DE LAS ESFERAS”.
Es decir que lo que percibimos como materia, no es otra cosa que “campos magnéticos resonantes”, o sea manifestación densa de sonido. En consecuencia, nuestro cuerpo físico, es un campo electromagnético resonante, como lo son también nuestros cuerpos sutiles. El sonido, no sólo modifica la estructura de una sustancia sino que también la configura.
Y esto es perfectamente demostrado por las figuras de Chladni. El científico alemán sometió arena colocada sobre una placa de metal a una vibración de ondas acústicas y las partículas se agrupaban formando patrones intrincados, configurando, en el caso de sonidos armoniosos, verdaderos mandalas geométricos.
Y esta capacidad del sonido para la configuración y transformación de la materia, es lo que constituye su capacidad curativa. Cada uno de nosotros está vibrando permanentemente. Cada molécula, célula, tejido, órgano, glandula, hueso y fluido de nuestro cuerpo tiene su propio índice de vibración.
Lo mismo ocurre con cada chakra y cuerpo sutil. Y el estado de salud, corresponde a una vibración armónica de cada una de las millones de células de nuestro organismo, las cuales vibran en resonancia con los patrones correspondientes de los cuerpos sutiles.
Estos patrones vibratorios pueden ser interferidos ya sea por causas externas (contaminación, medicación, mala alimentación, etc.) o internas (estados emocionales o mentales negativos), Esto produce un descenso del nivel vibratorio del cuerpo etérico, donde aparecen zonas más densas por donde la energía no puede fluír correctamente y esto implica que los órganos correspondientes a la zona etérica afectada comiencen a verse alterados.
A través del sonido administrado terapeúticamente, se puede reestablecer el patrón vibracional alterado, disolviéndose las zonas densas y recuperando el estado de salud. Utilizando el sonido aumentamos el nivel vibratorio de cada uno de los cuerpos, lo que se denomina ascenso de la frecuencia vibratoria. De este modo se aumenta y mejora la circulación de los nutrientes hacia la célula así como se aumenta y mejora la eliminación de toxinas, incrementando la vitalidad y disminuyendo el desgaste celular.
Edgar Cayce ha dicho: “Cualquiera que sea la causa del sufrimiento, el enfermo es alguien que sufre una falta de coordinación y sincronización entre sus cuerpos. Hay un desajuste y descoordinación vibratoria que lo ha llevado a la enfermedad del cuerpo físico. Y esta carencia vibratoria se puede corregir recurriendo a las vibraciones musicales
”.

Cuento Zen




Hay un cuento que dice algo así como...

- Maestro, cuando como me doy cuenta de cuán inmenso es el universo, cuando leo me imagino colores maravillosos ocupando el espacio, cuando respiro percibo las formas maravillosas que pueblan este mundo y cuando duermo me imagino el lugar más hermoso dentro mío...pero aún así maestro no me siento en paz ni tranquilo. ¿Cuál es tu secreto maestro? Dime, ¿cómo consigues esa paz inmensa y esa armonía?

- Y dijo el maestro sonriendo - Yo, cuando como, como, cuando leo, leo, cuando respiro, respiro y cuando duermo, duermo.

La mente es una herramienta maravillosa que nos ayuda a integrar lo que nuestros sentidos recogen en un orden coherente y comprensible para crear nuestra realidad. Su función no es más que la de organizar y facilitar procesos de creación. Ha de trabajar conjuntamente con el resto de nuestros cuerpos, es decir, el cuerpo emocional, el físico y el espiritual. Y su poder es ilimitado. Ahora bien, cuando le damos demasiada importancia a la mente, cuando le hacemos demasiado caso, puede volverse en contra de uno mismo. Identificarse con la mente puede ser un problema porque la mente nunca va a estar en paz salvo cuando alcanza el silencio. Pero mientras eso no ocurra, mientras la mente siga lanzando pensamientos y tú les sigas haciendo caso, no descansarás realmente, ni sabrás lo que es la vida, porque la vida está en todos lados menos en tu cabeza.

lunes, 26 de abril de 2010

Mi ocupación es Ama de Casa


En cierta ocasión una señora que tenía que llenar un formulario en una municipalidad, al llegar a la pregunta “¿Ocupación?” dejó de escribir, dejó también el lápiz y suspiró con cierto desánimo.
Decía que esa pregunta despertaba en ella un cierto complejo de inferioridad, ya que se veía en la obligación de contestar: Ama de Casa. Y que sentía no haber hecho nada en la vida, solo ser una simple ama de casa.
La trabajadora social, que la asistía para el recibo del formulario le dijo que lo que ocurría era que no existe una palabra que abarque exactamente toda la gran cantidad de ocupaciones que ella hacia con maravillosa eficiencia. Y podría allí escribir Administradora, Cocinera, Niñera, Enfermera, Chofer, Experta en modas, Decoradora de interiores, Contadora, Bodeguera, Profesora, Secretaria o simplemente una mujer que hace de la filantropía su vida. A lo que la señora objeto que los filántropos son los que dan dinero a otros.
La verdad es que filántropo no es precisamente eso, sino aquel quien ama a la humanidad y que da algo por amor, y ella, durante toda su vida había estado regalando sus energías a los demás, todas sus habilidades, todos sus talentos y todos sus servicios solo por amor.
Pensaba la señora que nunca había podido realizar lo que soñó en su juventud, y que hace ya treinta años pintaba mucho mejor que ahora. Y lo peor es que nunca pudo terminar su educación universitaria.
Pero la verdad es que todos sus hijos son aficionados al arte, y es porque ella llevó el arte a su hogar. Y como poseía una inteligencia disciplinada para lograr la concentración había logrado enfrentar y resolver problemas, y también para manejar el tiempo conforme a un eficiente plan nunca habría logrado hacer lo que realizó. Y entre las amas de casa que la trabajadora social había conocido era ella la que mayor éxito tenía.
La señora encuestada se había casado muy joven con un profesor recién egresado. Al tiempo ya tenían dos hijos, y al principio los ingresos siempre fueron bien modestos. Pero en el transcurso de ese tiempo vivieron siempre en una casa muy ordenada y cálida. Nunca comieron alimentos mal preparados, y todos, siempre, estuvieron bien vestidos. Los niños fueron admirados por sus buenos modales, inteligencia y diligencia para realizar sus labores, cualidades que ahorraron a su hogar una buena cuota de dinero, ya que las becas obtenidas por sus méritos lo habían hecho posible.
Realizar el trabajo que hacia esta señora, con la escasa entrada de su marido mostraba una gran habilidad para la administración, la compra de mercaderías y la confección de la ropa de los primeros años de los niños.
Cuando pintaba lo hacia con sus hijos para hacer más agradable el aprendizaje del arte, y leía los mismos libros que los chicos tenían que leer en la escuela para así poder conversar sobre su contenido con ellos de mejor manera. Y cuando los muchachos ya se fueron a la universidad dedico parte de sus esfuerzos a la ayuda comunitaria, y sus logros difícilmente podrán ser igualados por profesionales de la atención social.
Claro que su mayor desdicha era que sentía que nunca había aportado un solo centavo a su hogar, pero se equivoca si no considera a su familia como una sola unidad. Y muchísimas mujeres aportan mucho al bienestar de su familia por los grandes servicios que realizan y por la genialidad que emplean en la actividad así como sus parejas con el sueldo que ganan.
Solo habría que calcular cuanto seria el gasto si todos esos servicios hubiera que comprarlos. Es muy sabido que la mayor parte de los ingresos de una familia los emplea la dueña de casa, la cual con su gran habilidad económica compensa la escasez de estos.
Mucho ahorran la mayoría de las mujeres en sus casas gracias a sus cualidades y talento de administradoras.
Cuantos no se hubiesen dejado arrastrar por la angustia en los instantes críticos que se presentan en la vida de no haber sido por la tenacidad y comprensión de una mujer.
Las grandes madres, así como los grandes genios se consagran a su pasión, ya que no existe una capacidad sola que fluya sin el constante esfuerzo. Los hombres buenos, en su gran mayoría, fueron hijos de madres buenas, y por lo general los hijos llevan el germen de la madre que incuba las buenas normas como así también la ambición y el valor.
La gran constructora del hogar, su fuente de alimentación, inventora del ambiente de los primeros años, creadora de cultura y civilidad. Todo eso es una mujer.
Y si ella, por ejemplo, ha realizado y sigue haciendo bien este trabajo de dirección creadora, esta muy bien que con mucho orgullo escriba, a la pregunta de ocupación:
Ama de Casa.

Ahora que estamos a vísperas de celebrar el Día de la Madre, reflexionemos un poco a cerca de esta etiqueta AMA DE CASA. Trabajo sin remuneracion, a tiempo completo, sin vacaciones, ni bonificaciones por tiempo de servicios, muchas veces sin reconocimiento a la buena labor realizada, y lo mas insólito que solo se celebre una vez al año.
Para todas esas grandes mujeres mi mayor reconocimiento y respeto.
Rocío

miércoles, 14 de abril de 2010

Somos Luz

SILENCIO INTERIOR


La concepción física del silencio nos hace pensar en una ausencia de sonidos fuertes, molestos o discordantes. Sin embargo, hay otro silencio mucho más profundo y beneficioso que podemos experimentar, más allá de la situación o lugar en el que nos encontremos.

El silencio interior, es un estado del ser en el que se termina la expansión de los pensamientos negativos, inútiles, triviales y superfluos. Es decir, un estado en el que se termina el "ruido" de la mente. Así como en la naturaleza no existen ruidos, sino diferentes sonidos, de la misma forma en nuestra mente el “ruido de pensamientos” es algo artificial, que no sólo nos incomoda, sino que puede incluso enfermarnos.

Conexión interior
Para lograr este silencio, no es necesario aislarse. Sólo precisamos conectarnos con el estado natural del alma, es decir, un estado de serenidad y calma, de armonía y equilibrio. Nuestro ser interior nos habla en voz baja, y precisamos hacer silencio para escucharlo.

Desde este suave silencio, podemos comprender la propia belleza del espíritu así como redescubrir los tesoros que albergamos en el interior y que quedan ocultos y anulados por la acelerada extroversión de nuestra mente. A través de los sentidos, nuestra mente se involucra en el mundo que nos rodea, en un caudaloso río de pensamientos conectados con infinidad de informaciones y eventos. A veces pensamientos útiles o prácticos, en muchas ocasiones, pensamientos sin propósito y sin utilidad.

Práctica
Volver al silencio interior significa volver a la esencia, volver a enfocarnos en lo que es natural, puro y genuino; percibir lo que es esencial y sagrado en nuestro ser. En la medida que practicamos esto y llegamos a experimentar esta ausencia de ruidos, comenzamos a escuchar la dulce melodía de nuestros pensamientos de paz.
Esta energía de la paz, nos recarga igual que a una batería, aportándonos claridad, paciencia y coraje para comprender y afrontar los complejos desafíos que nos presenta la vida hoy.

Nuestra fortaleza espiritual se incrementa con la práctica del silencio.
¿Por qué? Porque al evitar el desperdicio de energía de pensamientos “ruidosos” e innecesarios, la energía del alma se acumula.

A partir del silencio interior, se amplía nuestra percepción hacia lo interno y externo; y esta percepción renovada nos ayuda a reajustar nuestra visión de la realidad.

Discernimiento fino
Desde la calma y la quietud, volvemos a reconocer qué es esencial y qué es superfluo. La habilidad de discernir, se desarrolla cuando hay paz en la mente. El joyero experimentado es el que sabe distinguir claramente entre el diamante puro del que tiene impurezas.

La práctica regular de “EJERCICIOS DE SILENCIO”, nos acerca al sano equilibrio entre el ser y el hacer. La vida actual orientada más al “hacer” nos consume mucha energía. A partir de una toma de conciencia que nos protege del ruido interno, evitamos las pérdidas de energía que se producen mediante el desperdicio y los excesos. Silencio interior significa cuidar con amor nuestra mente.

Más es menos
• El exceso de pensamientos produce confusión en la mente.
• El exceso de palabras dificulta la comunicación.
• El exceso de acciones reduce el impacto de las mismas.
Desde este dulce silencio, aprendemos a ser económicos y a obtener mejores resultados utilizando menos energía, pero con mayor efectividad. Esto es debido a que en el silencio aprendemos a permanecer enfocados en lo que es valioso y esencial y a cuidarnos de las distracciones y el derroche innecesario.

Fuente: Solo un minuto

ALEGRIA INTERIOR



EL ARTE DE PERMANECER CONTENTO

La base para permanecer contento con uno mismo y con los demás es fortalecer el auto respeto y la auto valoración. Una y otra vez debemos reflexionar sobre la pregunta: ¿quién soy yo? La meditación y el silencio interior nos ayudan a descartar las concepciones erróneas del ser y a conectarnos con nuestra verdadera naturaleza de Paz, Amor y Verdad.

Observa tus pensamientos
Si estamos atrapados en nuestros propios pensamientos, no tendremos poder sobre ellos. Cuando los observamos conscientemente, nos separamos de ellos y nos convertimos en un “observador desapegado”. Así, podremos controlarlos y canalizarlos en la dirección que queramos. Para tener poder sobre algo, tenemos que poder verlo desde cierta distancia; observando, sin juzgar; y de este modo podremos contemplarnos a nosotros mismos con más claridad y objetividad.
Esa práctica nos ayuda a darnos cuenta de las influencias, tanto positivas como negativas, que hay en nuestra vida. Nuestra alegría interior, no puede depender de lo que pasa fuera de mí, sino de lo que pasa dentro de mi.

Acepta a los demás
Yo no puedo cambiar a los demás; sólo puedo cambiarme a mi mismo. Al aceptar a los demás tal como son, sin pretender que sean como nos gustaría que fuesen, los ayudamos a que se despojen de sus máscaras y se sientan a gusto consigo mismos, teniendo las libertad de ser y expresarse tal cual son. La aceptación nace del amor, y el amor “desde el alma”, no tiene expectativas.

Desapego
Tengamos la fortaleza y sabiduría de permanecer libres de influencias, de las opiniones, criticas ajenas, incluso de la alabanza o difamación, ya que sinó, sólo avanzaremos en función de lo que los otros piensan de nosotros y nunca podremos ser libres de pensar y actuar como elijamos. Es más importante lo que yo pienso de mí, que lo que los demás piensen de mí.

Soltar
No es conveniente alterarse con nadie, porque las dificultades empiezan en mí y sólo pueden terminar en mí. Los demás son como espejos que nos muestran lo que no podemos reconocer aún en nosotros mismos.
Hace falta que estemos dispuestos, con todo el coraje y la humildad, a aceptar y creer que éste es realmente el momento en que “he de cambiar”. Como diría Ghandi: “Sé el cambio que deseas ver en el mundo”.
Hemos de aprender a: Aceptar, Soltar y Cambiar...
Entonces podremos permanecer contentos más fácilmente.
Fuente : Brahma Kumaris

martes, 6 de abril de 2010

TU PUEDES CURARTE A TI MISMO


Bruce Lipton nos explica como la solución a cualquier enfermedad está dentro de nosotros y no fuera.

TU PUEDES CURARTE A TI MISMO