En cierta ocasión una señora que tenía que llenar un formulario en una municipalidad, al llegar a la pregunta “¿Ocupación?” dejó de escribir, dejó también el lápiz y suspiró con cierto desánimo.
Decía que esa pregunta despertaba en ella un cierto complejo de inferioridad, ya que se veía en la obligación de contestar: Ama de Casa. Y que sentía no haber hecho nada en la vida, solo ser una simple ama de casa.
La trabajadora social, que la asistía para el recibo del formulario le dijo que lo que ocurría era que no existe una palabra que abarque exactamente toda la gran cantidad de ocupaciones que ella hacia con maravillosa eficiencia. Y podría allí escribir Administradora, Cocinera, Niñera, Enfermera, Chofer, Experta en modas, Decoradora de interiores, Contadora, Bodeguera, Profesora, Secretaria o simplemente una mujer que hace de la filantropía su vida. A lo que la señora objeto que los filántropos son los que dan dinero a otros.
La verdad es que filántropo no es precisamente eso, sino aquel quien ama a la humanidad y que da algo por amor, y ella, durante toda su vida había estado regalando sus energías a los demás, todas sus habilidades, todos sus talentos y todos sus servicios solo por amor.
Pensaba la señora que nunca había podido realizar lo que soñó en su juventud, y que hace ya treinta años pintaba mucho mejor que ahora. Y lo peor es que nunca pudo terminar su educación universitaria.
Pero la verdad es que todos sus hijos son aficionados al arte, y es porque ella llevó el arte a su hogar. Y como poseía una inteligencia disciplinada para lograr la concentración había logrado enfrentar y resolver problemas, y también para manejar el tiempo conforme a un eficiente plan nunca habría logrado hacer lo que realizó. Y entre las amas de casa que la trabajadora social había conocido era ella la que mayor éxito tenía.
La señora encuestada se había casado muy joven con un profesor recién egresado. Al tiempo ya tenían dos hijos, y al principio los ingresos siempre fueron bien modestos. Pero en el transcurso de ese tiempo vivieron siempre en una casa muy ordenada y cálida. Nunca comieron alimentos mal preparados, y todos, siempre, estuvieron bien vestidos. Los niños fueron admirados por sus buenos modales, inteligencia y diligencia para realizar sus labores, cualidades que ahorraron a su hogar una buena cuota de dinero, ya que las becas obtenidas por sus méritos lo habían hecho posible.
Realizar el trabajo que hacia esta señora, con la escasa entrada de su marido mostraba una gran habilidad para la administración, la compra de mercaderías y la confección de la ropa de los primeros años de los niños.
Cuando pintaba lo hacia con sus hijos para hacer más agradable el aprendizaje del arte, y leía los mismos libros que los chicos tenían que leer en la escuela para así poder conversar sobre su contenido con ellos de mejor manera. Y cuando los muchachos ya se fueron a la universidad dedico parte de sus esfuerzos a la ayuda comunitaria, y sus logros difícilmente podrán ser igualados por profesionales de la atención social.
Claro que su mayor desdicha era que sentía que nunca había aportado un solo centavo a su hogar, pero se equivoca si no considera a su familia como una sola unidad. Y muchísimas mujeres aportan mucho al bienestar de su familia por los grandes servicios que realizan y por la genialidad que emplean en la actividad así como sus parejas con el sueldo que ganan.
Solo habría que calcular cuanto seria el gasto si todos esos servicios hubiera que comprarlos. Es muy sabido que la mayor parte de los ingresos de una familia los emplea la dueña de casa, la cual con su gran habilidad económica compensa la escasez de estos.
Mucho ahorran la mayoría de las mujeres en sus casas gracias a sus cualidades y talento de administradoras.
Cuantos no se hubiesen dejado arrastrar por la angustia en los instantes críticos que se presentan en la vida de no haber sido por la tenacidad y comprensión de una mujer.
Las grandes madres, así como los grandes genios se consagran a su pasión, ya que no existe una capacidad sola que fluya sin el constante esfuerzo. Los hombres buenos, en su gran mayoría, fueron hijos de madres buenas, y por lo general los hijos llevan el germen de la madre que incuba las buenas normas como así también la ambición y el valor.
La gran constructora del hogar, su fuente de alimentación, inventora del ambiente de los primeros años, creadora de cultura y civilidad. Todo eso es una mujer.
Y si ella, por ejemplo, ha realizado y sigue haciendo bien este trabajo de dirección creadora, esta muy bien que con mucho orgullo escriba, a la pregunta de ocupación: Ama de Casa.
Ahora que estamos a vísperas de celebrar el Día de la Madre, reflexionemos un poco a cerca de esta etiqueta AMA DE CASA. Trabajo sin remuneracion, a tiempo completo, sin vacaciones, ni bonificaciones por tiempo de servicios, muchas veces sin reconocimiento a la buena labor realizada, y lo mas insólito que solo se celebre una vez al año.
Para todas esas grandes mujeres mi mayor reconocimiento y respeto.
Rocío
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