jueves, 12 de agosto de 2010

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA


Actualmente nos encontramos en un momento de transición a nivel planetario que nos obliga a vivir una serie de cambios que afectan la totalidad de lo que somos. Esta transición tiene que ver con la finalización de un ciclo en el universo entero, en donde se están emanando vibraciones nuevas (energías nuevas), que nunca en la historia del planeta se habían vibrado, que nunca se había vivido y que están produciendo cambios profundos en los seres humanos. La consecuencia de estas nuevas vibraciones es lo que llamamos, el despertar.
Cada día vamos transformando nuestra forma de percibir la vida y como consecuencia, cambia nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar. Cambian nuestras necesidades y nuestros deseos, abriéndonos a nuevos caminos, nuevas búsquedas, trascendiendo de esta manera, las necesidades físicas a las necesidades del alma, transformando así las bases donde se encuentra sustentada nuestra vida en todas las áreas en las que está conformada, creando un camino donde vamos soltando y destruyendo lo que no nos sirve más para reconstruir nuestra vida sobre bases nuevas.
Aunque los cambios que estamos viviendo son evidentes para todos, no todos lo están viviendo de manera consciente. El no tener conocimiento de ello, nos lleva a vivir esta transformación en medio de la incertidumbre, la angustia, la resistencia y el dolor, pues a través de la ilusión, solo vemos destrucción y sufrimiento, así no es posible ver el propósito espiritual que existe a través de los cambios. Realizar estos cambios de manera consciente hará que vivamos esta transformación de una manera expansiva y en desarrollo continuo, por medio del amor y no del sufrimiento.
La sanación a través de los conflictos
Realizar todo este proceso de re-creación, implica un continuo enfrentamiento con nuestra realidad y con nosotros mismos. Todos aquellos conflictos que tenemos pendientes y que no hemos querido enfrentar, emergerán para ser sanados. Nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestras carencias, las relaciones que no funcionan o los empleos que no nos permiten crecer más, se harán notar de manera ruidosa de tal forma, que no tengamos más forma que hacerle frente y solucionarlo resolviendo de esta manera, no sólo un conflicto eventual, sino un aprendizaje de vida. Estamos sanando las heridas del alma a través de nuestros conflictos.
Las relaciones
La transformación del amor, es la transformación más fuerte que estamos viviendo. Solamente las relaciones que estén construidas por medio del amor incondicional permanecerán juntas. Aquellas relaciones que se hayan construido en base al miedo a la soledad, la dependencia o la necesidad de llenar vacíos internos, se disolverán. Las nuevas relaciones no se crearán en base a dependencias sino que se unirán para compartir de manera incondicional. Nuevas parejas, nuevas relaciones y sociedades nacerán en base a la integración de las diferencias, el complemento de los opuestos, para crear de esta manera la Unidad. Respetando la identidad de cada persona y dejando ir la necesidad de controlarnos los unos a los otros, pues el control, no es una energía que pertenezca a la nueva vibración pues coarta la libertad.
El trabajo
El trabajo ideal es aquél que nos permite desarrollar nuestra misión, nuestra vocación, que nos realiza como personas y como consecuencia, nos sustenta económicamente. Es un conjunto que nos vincula a la pasión por lo que hacemos. Todos aquellos empleos que mantenemos sólo por dinero se están disolviendo y nos obligan a buscar mediante el desempleo, formas más creativas de ganarnos la vida. Formas coherentes con nuestra esencia.
Las alertas de que estamos en el trabajo equivocado se hacen evidentes cuando no nos gusta nuestro trabajo, cuando sacrificamos nuestra vida, nuestra familia o cuando vemos que no hay más posibilidad de crecer en ese lugar; ahí tenemos señales que atender y de no hacerlo, los conflictos se harán tan grandes, que no podremos sostenerlos; los mismos conflictos nos impulsarán al cambio.
Enfermedades físicas
Las enfermedades representan la voz del cuerpo y actualmente están emergiendo afecciones desconocidas o incurables por medio de la medicina tradicional. Nuestro cuerpo está estrechamente ligado a nuestras emociones y pensamientos y cada afección o enfermedad, es una alerta de algo que tenemos que cambiar en el rumbo que llevamos.
Si nos cuesta expresar lo que sentimos, tendremos problemas con nuestra garganta. Si no queremos avanzar, tendremos dolor de piernas. Si no digerimos la vida, tendremos problemas digestivos. Si hacemos juicios erróneos de nosotros mismos, sufriremos de dolor de cabeza. La gastritis puede estar relacionada con la sobre exigencia hacia nosotros mismos. Nuestra alma nos habla a través de nuestro cuerpo físico y los mensajes son claros, si los sabemos escuchar; atenderlos a tiempo, evita afecciones mayores. Los cambios que estamos viviendo actualmente, representan una oportunidad única para crecer y evolucionar. Una oportunidad de vivir nuestra vida desde una perspectiva totalmente diferente, llena de amor, abundancia y libertad.

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