domingo, 8 de agosto de 2010

HUELLAS EN LA ARENA




Una noche soñé que iba andando por la playa con Dios y que se proyectaban en el cielo muchas escenas de mi vida.

En cada cuadro veía huellas de pisadas en la arena.

A veces, las de dos personas, y otras, sólo las de una.

Observé que durante los periodos más difíciles de mi existencia se veían las huellas de una sola persona.
Y dije:

“Me prometiste señor, que siempre caminarías a mi lado. ¿Por qué cuando más te necesité no estabas conmigo?”.

Él respondió:
“Cuando viste las huellas de una sola persona, hijo mío, fue cuando tuve que llevarte en brazos”.

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