sábado, 16 de octubre de 2010

El sentido de las crisis



Cuando sobreviene algún acontecimiento imprevisto, el equilibrio que supimos conseguir se pierde, requiriendo modificaciones que a veces resultan relativamente sencillas de efectuar. Sin embargo, existen circunstancias en que la vida cotidiana se ve alterada de manera drástica, y nos sentimos perdidos, abrumados y desbordados: !!!!!entramos en crisis.........
Exinten dos tipos de crisis. Las crisis evolutivas son aquellas por las pasamos todos los seres humanos. Estas son las transiciones esperables de la vida: el nacimiento, la pubertad, el ingreso en la mediana edad o la vejez... Por el contrario, las crisis circunstanciales son súbitas e inesperadas. Una enfermedad, el divorcio, el fracaso de algún proyecto, la pérdida del trabajo o de un ser querido nos obligan a tomar conciencia.
Toda crisis brinda la posibilidad de evolucionar. Cuando un suceso repentino nos obliga a abandonar nuestros hábitos cristalizados, se activa un potencial insospechado.
La capacidad para efectuar los cambios necesarios varía. Algunas personas pueden convertir el plomo en oro y, logran justamente debido a una crisis, realizar una gran transformación.
Otras, en cambio, poseen un talento para la alquimia inversa y convierten al oro potencial en plomo: se instalan en el resentimiento y el rol de víctimas, culpando a otros, su pareja, sus hijos, su mala suerte, la sociedad corrupta o Dios por las desdichas que les ocurren.
Con frecuencia pasamos por una situación que inicialmente nos parece terrible, pero con el correr del tiempo, descubrimos sus ventajas y beneficios. Por ejemplo, pese a constituir una aparente desgracia, la disolución de una empresa familiar puede liberar a una persona para seguir su camino individual y dedicarse a alguna actividad postergada.
Tenemos la opción de sufrir y lamentarnos por lo que nos sucede o aceptar que el dolor es una parte inevitable de la vida y aprender de cada experiencia.
Una crisis representa tanto un peligro como una oportunidad. El peligro es seguir aferrados a lo conocido; la oportunidad es abrirnos a lo desconocido, descubrir recursos nuevos e ingresar en una etapa de mayor madurez.
No obstante, el fracaso es una experiencia imprescindible que nos ayuda a madurar y a ser humildes, mientras que el éxito constante nos mantiene en un estado de superficialidad y omnipotencia. Todas las personas sabias han conocido la derrota y han aprendido de ella.
Las crisis conducen a un estado de emergencia emocional del cual debemos de estar alertas sin dejarnos ababir por lo que se presente ya que pueden contribuir a nuestra evolución espiritual.
La resistencia genera persistencia, mientras que lo que se procesa cesa o al menos, se modifica. Cuando nos permitimos sentir una emoción, ésta se transforma, ninguna es permanente, salvo cuando la evitamos.
La confianza en nuestros recursos y en la sabiduría de la vida nos ayuda a atravesar las crisis. necesitamos aprender a confiar en los procesos y acompañarlos, en lugar de apresurarnos a sacar conclusiones prematuras sin tener noción del cuadro completo.
Muchas veces lo que una persona más teme resulta ser precisamente lo que más le permitirá evolucionar. Todo final conduce a un nuevo comienzo. Luego de la pérdida de sus hojas durante el otoño, un árbol parece estar muerto, y sólo vemos un tronco y ramas secos. Sin embargo, en su interior ocurren procesos invisibles que le permitirán volver a florecer en la primavera.
Toda persona creativa sabe que, antes de que emerja lo nuevo, existe un momento durante el cual no parece ocurrir nada, un período de quietud y vacío imprescindible para que la energía vuelva a acumularse en el inconsciente, este es el significado de la expresión “vacío fértil”.
Nuestro nivel de conciencia determina cómo vivenciamos cada situación. No podemos ejercer el control sobre las experiencias que nos ocurren, pero tenemos la posibilidad de elegir cómo responder a ellas.
Cuando nos liberamos de la obstinación del ego por lograr lo que desea, podremos darnos cuenta de que nuestro ser interior sabe lo que realmente necesitamos y se ocupa de generar las situaciones apropiadas para que logremos evolucionar.
Cada ser es responsable de su propio destino, tomar conciencia autentica, nos permitira ver con mayor claridad nuestra propia evolucion, pero solo se da desde el fondo de nuestro ser, no culpemos a nadie de lo que nos sucede hagamonos cargo de nuestra vida con coherencia y sentido comun, en algun momento veremos que la crisis por la que atravezamos fue un peldano mas de esa larga escalera que nos conduce a la Luz.



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