Autoconocimiento Integral

Las referencias sobre procesos de autoconocimiento se remontan a cientos de años, encontrándolas en diversas religiones, corrientes filosóficas y psicológicas, en el chamanismo y en culturas ancestrales, entre otras fuentes. De este modo, existen una amplia variedad de técnicas, prácticas y planteamientos sobre autoconocimiento. De alguna manera, todos resaltan la importancia que este concepto conlleva para quien verdaderamente quiera encontrarse y realizarse.

Con el ritmo de vida actual pasamos, la mayor cantidad del tiempo útil de cada día, ocupados y preocupados y sin el tiempo suficiente para nosotros mismos. Si nos queremos de verdad tenemos que dedicar el tiempo necesario para sentirnos, observarnos, cuidarnos, mimarnos y escuchar nuestra voz interior y así descubrir aquellos talentos, aptitudes y valores que llevamos dentro y que son innatos de nuestro Ser.

Si descubrimos nuestros verdaderos dones y cualidades y nos atrevemos a manifestarlos con creatividad y pasión llegaremos a darle un sentido pleno a nuestra vida, alcanzando una conciencia elevada de nuestro Ser para llegar a trascender hacia una realización integral.

El autoconocimiento implica la capacidad de observarnos a nosotros mismos, con la suficiente conciencia y distancia emocional, de lo que sentimos, pensamos, actuamos y como nos relacionamos.

Pero, esta capacidad de observarnos tiene que ir acompañada de la atención e intención de querernos conocer en todos los niveles, es decir, en todos los planos en que nuestro Ser como tal se desenvuelve y manifiesta.

Esta voluntad de conocernos (atención e intención) supone el estar dispuestos a mirar en todo sentido: fortalezas y debilidades, lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad, la manifiesto y lo oculto, lo visible y lo no visible, lo que queremos y no queremos ver, de lo que estamos y de lo que no estamos conscientes (subconsciente e inconsciente).
Ser el Maestro de uno mismo demanda tener el virtuosismo para saber manifestar todo nuestro potencial y poder interior y llegar a utilizarlo de la mejor manera posible en nosotros, en los demás y en nuestro entorno.

Aventuremos en este gran proceso de transformación, donde nosotros mismos seremos espectadores de nuestra gran cambio de interior