Había una vez en un país muy lejano un hombre que se dedicaba como barquero de un gran río a cruzar a la gente de orilla a orilla. Era un hombre humilde y sin formación.
Un día montó en su barca un gran erudito, conocedor de las ciencias y de la artes. Mientras hacían el viaje el erudito preguntaba al barquero: -¿sabe usted de astronomía?- No, no conozco nada de eso. -¿Y conoce usted la filosofía y las matemáticas?- No, nunca fui a la escuela, mi vida es el río y mi barca. Entonces usted ha perdido la mitad de su vida, dijo el erudito mientras seguía relatando a cerca de sus conocimientos.
Sucedió que entraron en una zona de fuertes corrientes, pues era un río muy peligroso, de manera que la barca acabó volcando con los dos pasajeros en el agua. Entonces el barquero, mientras nadaba con seguridad para ponerse a salvo gritó al erudito - ¿sabe usted nadar?- no, gritó desesperado,- pues sepa que yo he perdido la mitad de mi vida pero usted la va a perder toda entera.
En medio de las dificultades, el hombre sabio o el ignorante están frente a la misma situación, lo importante es sacar a flote nuestro sentido común, nuestras experiencias de vida sulen ser diferentes pero todos estamos dotados de una gran innata sabidura la cual nos hace enfrentarnos a la vida con fortaleza y valentía en el momento adecuado.
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